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jueves, 19 de agosto de 2010

Pol314

Antes de que amaneciera, salí huyendo de tu cama. En tu espejo un testamento: "No nos queda nada". Deje tu barra de labios, y con ella un par de años de quererte por las tardes, de mañanas sin llamarte. Tropezamos de repente, como en un nuevo 11S. Sonreíste a quema ropa,
contra el filo de mi boca. Y susurraste que el pasado, solo es como un día malo. Y la lluvia abrió las puertas, de mi vida en tu Ford Fiesta. No consigo recordar porque motivo me fui, pero en tu cuarto de baño sigue tu rojo de labios.
No consigo recordar como he llegado hasta aquí, solo sé que estoy borrando lo que un día te hizo daño. Siempre fui poniendo parches, negando segundas partes. Hasta que me demostraste que no quiero olvidarte. Tú me enseñas que, se puede querer lo que no ves.

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